Un predio en esquina con vistas al atardecer detrás de campos de viñedos, es la ubicación elegida para la primera vivienda de una pareja joven. Dentro de sus inquietudes estaba el generar un área social de reunión amplia, capaz de albergar los almuerzos familiares, y desde donde se pudiera observar los viñedos circundantes. La vivienda además debía incluir tres dormitorios (separados de esta área social) y uno de ellos debía tener la posibilidad de ser convertido en consultorio con entrada independiente.

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El resultado se materializa en dos volúmenes articulados por un área de circulación. Ésta contiene los servicios que necesitan los diferentes espacios (despojador, baño, cocina, armario, biblioteca y escritorio) y los cerramientos que permiten las distintas circulaciones internas (inclusive el acceso independiente al consultorio). El primer volumen, de uso público, contiene un espacio único de estar y comedor que se proyecta al exterior a través de un área pergolada. El volumen de uso privado aloja el dormitorio principal en suite, y los otros dos dormitorios (incluyendo el posible consultorio).

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Se realiza un giro en el volumen público para captar las orientaciones deseadas y enfocar las visuales hacia los objetivos existentes y/o proyectados.

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La estética de la obra responde a la vinculación con el sitio, a través del uso de muros de piedra y techos inclinados. En el proyecto destaca la vinculación con el exterior a través de las diferentes aberturas, siendo ejemplo de esto el plano vidriado que remata el pasillo y permite la visual al exterior desde el ingreso a la vivienda.

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