El proyecto consistió en dos intervenciones de diferentes escalas en una vivienda consolidada de dos plantas. Por un lado, se solicitaba transformar una habitación existente (depósito en planta alta que tenía problemas de filtraciones) en el dormitorio principal de la vivienda. El mismo debía contar con baño en suite y un vestidor de dimensiones considerables. Por otro lado, se manejaba la idea de incorporarle un balcón y por tanto modificar la fachada trasera de la casa.

​

Se trabajó primero sobre las patologías de la habitación, para luego comenzar con la conformación de los nuevos espacios. La estructura y las instalaciones existentes fueron condicionantes importantes a la hora de organizar los espacios y de abrir vanos. Esto colaboró a la decisión de construir el balcón como desahogo del dormitorio hacia el patio trasero de la vivienda.

​

La terraza fue una incorporación importante a la fachada y le aportó volumen al plano existente. A la hora de diseñarla se tomó el blanco existente en planta baja y el ladrillo visto de la fachada lateral para jugar y conformar una composición de diferentes texturas. 

​

Dado el cambio importante que el nuevo diseño de fachada realizó sobre el patio posterior, en el transcurso de la obra se plantea reacondicionarlo totalmente. Allí se incorpora una piscina cuadrada de hormigón armado y un deck lateral de madera con gran comunicación hacia la barbacoa existente.